Esta frase de Napoleón Bonaparte refleja una percepción poderosa de su lugar en la historia y la magnitud de sus acciones. A menudo, Napoleón se veía a sí mismo no solo como un líder militar, sino como una figura histórica cuya vida y logros serían recordados y examinados a través de los siglos. Con esta frase parece evocar la idea de que no solo las personas de su tiempo, sino también las generaciones futuras, observarían y juzgarían sus acciones.

Esta frase fue pronunciada por Napoleón durante su campaña en Egipto, específicamente cuando se dirigía a sus soldados frente a las pirámides de Giza en 1798. Este discurso es famoso porque buscaba motivar a sus tropas destacando la monumentalidad del momento y el lugar histórico en el que se encontraban, sugiriendo que estaban haciendo historia al igual que las civilizaciones que les precedieron.

Mayo de 2024 será recordado como un punto de partida muy importante en la seguridad jurídica de nuestro país, donde la tradición y la innovación en la seguridad jurídica y el control de legalidad en el nuevo sistema registral que entró en vigor el pasado 9 de mayo será el futuro de la seguridad preventiva.

Este momento implica la total digitalización de las actuaciones registrales; es decir, el registro pasa a ser completamente electrónico, desaparece el soporte papel y los principios hipotecarios que antes tenían su apoyo en los folios registrales pasan a tener ahora su apoyo y fuerza en los folios registrales electrónicos. Iniciamos una nueva etapa con el compromiso del cuerpo de registradores en el apoyo al progreso de nuestro país.

Se creará una nueva sede electrónica donde se prestarán una serie de servicios auténticamente innovadores y punteros desde un punto de vista tecnológico y jurídico. Los ciudadanos tendrán la opción de relacionarse con los registros de manera telemática, a través de videoconferencias, y por cualquier medio electrónico que nuestro ordenamiento jurídico en la Ley 11/2023, de 8 de mayo, ha establecido de manera clara y precisa.

Esta ley ha supuesto una modificación muy importante de la Ley hipotecaria de 1946, manteniendo la esencia de los principios hipotecarios que han permitido tener una seguridad jurídica y un sistema registral modélico a nivel nacional e internacional. Se procederá a la digitalización de las actuaciones registrales y se regulará el paso de los libros físicos a los folios electrónicos en todo nuestro país.

Es una ley puntera que evidentemente tiene su soporte en la legislación europea y donde España siempre se ha situado a la vanguardia para aportar a Europa una mayor seguridad, un control de la legalidad de todos aquellos actos y contratos que se inscriben en los Registros de la Propiedad y Mercantiles, y por otro lado, una mayor libertad y competitividad en un escenario global en el que nos estamos moviendo en el momento actual.

El nuevo registro electrónico continúa con el proceso de modernización de la institución registral que nació en aquella famosa Ley hipotecaria de 8 de febrero de 1861, pionera en aquel momento porque permitió regularizar muchas titularidades que estaban fuera del comercio jurídico y que permitió crear riqueza en nuestro país a lo largo de los casi 160 años que ha tenido de vigencia, evidentemente con todas aquellas modificaciones que han sido necesarias para adaptar a las nuevas circunstancias sociales en las que hemos estado navegando a lo largo de estos últimos años de un sistema registral basado en el folio papel.

La marca España sale claramente reforzada con esta transformación del sistema registral español en un registro electrónico, en un registro próximo a todos los ciudadanos, en un registro donde se podrá acceder a través de la videollamada pero con todas las garantías imprescindibles para que se pueda identificar a la persona correctamente.

No cabe duda de que es un sistema en el cual encontraremos, a lo largo de los próximos años, oportunidades para estudiar con mayor profundidad la repercusión que puede tener en la política de vivienda y urbanismo; en definitiva, en el modelo territorial de nuestro país.

Creo y espero que esta gran modificación liderada por el Colegio de Registradores de la Propiedad, Mercantiles y Bienes muebles supondrá un punto de partida en el que la mayor agilidad del sistema tecnológico implementado permitirá una mayor flexibilidad en todos aquellos procesos administrativos en los cuales cualquier ciudadano español puede estar formando parte de los mismos.

Con cierta melancolía y tristeza, pero a la vez con gran alegría e ilusión por el nuevo desafío que asumimos todos los registradores de España, podemos decir que los últimos 160 años han sido de una gran prosperidad económica en nuestro país y creo y afirmo que uno de los pilares en los que se ha estado apoyando este desarrollo económico ha sido la seguridad jurídica que aportan los Registros de la Propiedad.

Concluyo la tribuna con la misma frase con la que la empecé, de nuestro gran admirado Napoleón Bonaparte, «Desde lo alto de esas pirámides, cuarenta siglos de historia nos contemplan».

Artículo publicado en la revista de «Buen Gobierno | Iuris&lex y RSC» de El Economista:
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